Mis años en el infierno I

Esto de haber visto a los máximos demonios del metal mundial no ha sido casualidad. Seguramente en el Necronomicón, la fecha de mi advenimiento a esta tierra terrible, tenía una carga mágica para invocar a seres ultraterrenos para extraer su oscuro conocimiento y esparcirlo por pueblos y ciudades. Soy como un juglar del Diablo, dotado de la capacidad de manejar la palabra y el concepto, para ponerlo a las órdenes del metal. Son ya 20 años de irrumpir en las ignotas esferas para exprimir ideas y palabras a las deidades que han hecho de mi paso por este infierno terrenal -y del de millones de almas perdidas- una dulce tortura. Doy gracias a aquel que haya escrito en el Grimorio de mi existencia que me iba a topar con todos ellos. Ya sea en televisión, radio o revistas, me he eregido como uno de los pocos cronistas del averno, aquel que ha hablado con los oscuros y ha sobrevivido para contarlo. Desde aquella primera camada de bandas de thrash y death que vinieron a México a fines de los ochentas, conviví con bandas como Angkor Watt, Demolition Hammer, Savage Thrust y de manera extraordinaria con dos bandas legendarias: Ángeles del Infierno y Death. Sí, yo platiqué con el padre del death metal, el ahora fenecido Chuck Schuldiner. Eso sucedió en un programa que se sigue repitiendo en televisión por cable en el octavo círculo del infierno: Música sin Fronteras, de ECO. También los demonios aztecas -los mejores de todos los tiempos- fueron invitados y entrevistados por mí. Luzbel, Transmetal, Next y Ramsés desarrollaron su mortal arte frente a las cámaras de televisión, nada menos que en Televisa. Eso JAMÁS se volverá a ver.

Iré comentando en este execrable espacio mis experiencias, vivencias y tentaciones más memorables. Pero será después. Por lo pronto, y a la salud del Cheko Cavalera, les dejo esta foto de 1994, en la gira Chaos AD de Sepultura por la ciudad de México.

Desde las profundas cavidades del infierno, con cariño

El Cráneo