viernes, 10 de agosto de 2007

Serenity


Serenity

Words untold & dreams unlived


Serenidad es lo que menos ofrece esta nueva banda europea., pero si muchas peculiaridades: es un quinteto austriaco -sí, austriaco. ¿Quién recuerda a una banda de aquel país además de Pungent Stench?- Éste, su primer disco oficial fue autofinanciado por ellos, además de grabado y producido en Alemania, Finlandia y Grecia. Y si todo eso no sorprende, pongan el CD en el reproductor.

Serenity es el resultado de mucho tiempo de estudio musical, fanatismo por el metal melódico y la tendencia a subirse al tren del metal progresivo. Pero a diferencia de otras bandas, Serenity tiene un sonido distintivo y propio que los separa de bandas dizque líderes como Sonata Ártica. En Words... demuestran que la búsqueda de un ADN metalero único ha sido fructífera. Podemos encontrar pasajes melódicos creados por la guitarra y por la voz de excelente manufactura, así como momentos de doble bombo y ataque sonoro despiadado. Pero lo que lo hace realmente interesante, son irrupciones sinfónicas grandilocuentes, como si el gran ejército de Prusia estuviera desfilando para la batalla. Un ejemplo de su estilo es Engraved Within, donde hacen gala de estos recursos, que juntos, suenan frescos y apabullantes. Con algunos tintes que recuerdan a Symphony X, Serenity le da la vuelta a la tuerca para siempre aterrizar con frases y estructuras muy melódicas, que hacen que cantes los coros, mientras el doble bombo te incha los deltoides al momento del headbanging. Forever y Reduced to Nothingness son viajes completos de emoción y técnica, que merecen ser escuchados, pero también sudados. Y para demostrar que son lo suficientemente buenos para medirse con los mejores -son abridores de la gira europea de Kamelot- tienen un par de instrumentales que haran que le pongas el "repeat" al CD player.

Serenity ofrece lo mejor de dos universos: ni tan técnicos como Symphony X o Vision Divine, pero con la suficiente calidad, ni tan veloces como Kamelot o Rhapsody, pero con mayor melodía, Serenity puede ser la siguiente gran banda europea de metal melódico progresivo, si es que eso existe.

Gráficamente el trabajo es muy bueno, lleno de imágenes interesantes y llenas de fantasía. El título está medio de hueva, pero lo que vale la pena está adentro.

No hay que perderle la pista a estos austriacos.


Calificación: 3.5 puntos más .5 por ser de un país poco roquero. En total 4 de 5.

Escribió: El Cráneo



Nocturnal Rites


The 8th sin

Nocturnal Rites


En el cosmos del metal sucede lo mismo que en el futbol: hay bandas que juegan y ganan la UEFA Champions League o la Libertadores, o al menos, son históricos en sus países. Pero también hay equipos -y grupos- que se la pasan a media tabla toda su vida, pero que construyen historias y leyendas que sus fanáticos -pocos pero muy fieles- nunca olvidarán. Pero a diferencia del fut, donde casi todas las veces ver a esos equipos de media tabla es aburrido como ver crecer el pasto, en el metal puede ser sorpresivamente divertido escuchar estas bandas de media tabla. Una de ellas es Nocturnal Rites, quinteto sueco que se alejó del típico Death Metal nórdico para poner sus pesados pies en los terrenos del metal tradicional, muy anclado en la mítica década de los ochenta, donde el Olimpo del metal se llenó de Dioses que aún rigen los destinos de sus millones de fieles fanáticos.

The 8th Sin es la producción 2007 de NR, donde definitivamente ponen su talento y sus muy respetables habilidades musicales en el metal melódico de los ochenta. No escucharan nada de hair metal desquiciado angelino, sino una mezcla atractiva y atrayente de una era que aún sigue fascinando. Y lo que más sigue destacable de esta producción, sigue siendo la extraordinaria voz de Jonny Lindkvist, que de haber nacido en Inglaterra y tener su banda en los ochenta, hubiera hecho palidecer a gente como David Coverdale o Klaus Meine.

Con temas sencillos pero pegajosos como los besos de la amiga de tu novia, The 8th Sin es un álbum que te hará pasar más de 40 minutos haciendo los coros y levantando el puño al aire. Rolas de puro hard rock melódico como Tell me, Not the Only o Never again, tienen suficientes "hooks" de guitarra como para hacer que guardes un rato tus CDs de Def Leppard o The Scorpions. La balada Pain & Pleasure es un paseo majestuoso a través de la casi perfecta voz de Lindkvist.

The 8th Sin es una de esas rarezas de hard rock melódico, que nos hacen recordar los tiempos cuando el hard era el amo y señor. Recomiendo escuchar este album especialmente en el auto, a todo volumen, por supuesto.
Gracias al Checo Cavalera por abrirme los oídos a esta muy buena banda sueca.


Calificación: 3.5 pecados de 5.


3 Inches of Blood


3 Inches of Blood

Fire up the Blades


El sacerdote Judas,que había sido quemado en la hoguera por practicar el satanismo y el headbanging, fue resucitado con la magia negra de Slayer. Cuando Kerry King, Jeff Hanneman, K.K. Downing y Glen Tipton estuvieron reunidos en el quinto círculo del infierno, se cortaron las venas y vertieron su contenido en la vulva de la Gran Prostituta de Babilonia. De inmediato, un ser ominoso, pesado, lascerante y demoledor fue engendrado. Ahora, ha llegado a la superficie desde el inframundo para hacernos palidecer de dolor y placer.

Su nombre es tan repugnante, pegajoso y atractivo como su metal: 3 Inches of Blood. Su segunda entrega, titulada Fire up the Blades está llamado a ser el mejor disco de metal (sin apellidos o adjetivos) del 2007. Punto.

3iob nos entregan una versión del heavy metal clásico, con constantes reminiscencias de Judas Priest, pero salpicadas con detalles que nos hacen recordar a Slayer. Y llegan a sumergirse en brutales pasajes que rozan el black metal. Pero aún así, sigue siendo heavy metal, ese que nos ha desquiciado la razón y atrapado el alma.

Con una formación atípica (2 cantantes, 2 guitarristas y sección rítmica) logran momentos de intensidad inhumana. Cam, el vocalista 1, es un émulo de Mr. Halford, mientras Hooper mamó las satánicas influencias de bandas como Cradle of the Filth, loogrando una combinación dantesca.

Fire op the blades, con un diseño gráfico muy bueno, que nos recuerda a algunas historias contenidas en el comic de culto titulado Heavy Metal, contiene hachazos sónicos bestiales como Trial of Champions, que nos arranca los sentidos con un riff sencillo pero que te esclavizará en los primeros dos segundos. En Demon's Blade, el dueto demoniaco de cantantes (Cam Piper y Jamie Hooper) montan el drama supremo: la derrota de la raza humana ante la espada pecaminosa del diablo. En The Hydra's Teeth, el duelo a muerte de las guitarras te abre las carnes para después romper tus huesos con pasajes muy cercanos en intensidad y vocales al black metal, para retomar el camino a la perdición con las fórmulas tradicionales del headbanging. Y así podemos narrar las espantosas historias de perdición y desastre que crean en canciones como Night Marauders, God of the Cold white Silence e Infinite Legions.

La brutalidad, intensidad y diabólica honestidad de esta banda, llena de júbilo las partes más profundas del Averno, pues el metal, el heavy metal, está más vivo y es más peligroso que nunca en las manos de 3 Inches of Blood. Y demuestra que no hay que ser un genio en los instrumentos, ni ser un intelectual al momento de componer. Solamente hay que amar al metal, tener los huevos bien puestos para el headbanbing y mentarle la madre a lo cotidiano para lograr un producto de calidad. Fire up the blades confirma que la banda que el metal estaba esperando para el Tercer Milenio, ha llegado. Este puede ser un disco clásico, pero ya hay revuelo en el Mictlán esperando su siguiente producción, que hará que el mundo del metal cambie de era geológica.


Clasificación: 4.5 de 5 hachazos

Escribió: El Cráneo

Zakk & the Dark Ride

Zakk & the Dark Ride
Zakk autografiando a The Dark Ride